martes, 1 de septiembre de 2009

Una Noticia Buena y Otra Mala


No sé por donde comenzar a echarles el cuento mi gente, si por la noticia buena, o la mala; y es que en cuestión de tradiciones nosotros los venezolanos preferimos que nos echen la mala noticia primero pero, en este caso yo creo que es mejor que comience con la parte buena.

Bueno gente, resulta que de tanto bregar y matar tigres, prestamitos, sanes, fiaos y otras finanzas, completé los riales pa’ reparar el carro, no sin antes haber pagado el choque del otro carro, aunque a estas alturas eso ya no viene al caso. Pues lo cierto es que sí, lo conseguí, y bueno para mi alegría Yahaira fue poco lo que me quitó porque la muy muy pegó un Parley y se metió unos buenos cobres, así que dejó de joderme por unas semanas. La vaina era que el patroncito jefe no quería darme el permiso pa’ ir para que el mecánico y cuadrar con él la reparada del carro. Y este coño e su verga de mecánico no trabaja los fines de semana. Jacinto está de reposo, y por tanto le pedí el favor pero se hizo el “guili”, dizque de verdad se sentía mal, cuando unos días después me entero que anda metido en una playa por allá por Maracay.

¡Bue! Como siempre, yo resignado, me tocó cuadrar con el hijo mayor mío para que le llevara el carro a Joseíto (El mecánico). Me tomé las previsiones necesarias y correspondiente, haciendo caso a lo que en muchas veces me decía el psiquiatra; “Organízate, organízate”. Anoté en un papel todas las instrucciones, le señalé los sitios donde venden los repuestas más baratos y de mayor calidad, le indiqué donde comprar la pintura del carro y le dije qué era lo que tenía que decirle al mecánico para trabajar en la latonería. También le dije qué era un tren delantero y como se debía construir el mismo. Los frenos, los faros, la camisa, todo lo referente, fui lo más especifico y puntual posible. De igual forma preví de que Janixio Javier tuviese suficiente plata como para moverse de pasajero, y comer por la calle si lo agarraba la hora del almuerzo.

Entonces mis señores, donde comienza la mala noticia de este cuento es cuando yo al otro día, muy tranquilo en la camioneta con Mozar de Jesús dormido en brazos, me voy pa’ Caracas para el trabajo, y se puede decir que ese día y los que restaron corrieron de lo más normal, confiado en que Joseíto le estaba haciendo los trabajos al carro. Le preguntaba en las noches a Janixio por el carro y él muy seguro me decía “Bien papá, tal cual como me dijiste” y bueh… Ahí siguió la cosa, cuando el viernes en la noche, exactamente una semana después, al llegar a la casa escucho un ruido estruendoso, y entrando al fondo me encuentro con semejante sorpresa….

Vean primero la foto (antes de mi descarga).

ANTES


AHORA

¡El muy coño e’ su madre del Janixio, ajuntao con el mentepollo del Yohairo hicieron todo lo contrario a lo que yo les dije! Han puesto el carajo carro ese de tunnin ¡Y yo diosito santo que me muero de un infanticidio cuando me encuentro que transformaron el carrito popular mío en tremenda vaina loca! Le pusieron rines, lo pintaron y lo forraron de calcomanías con nombres raros como: MOMO, FOOSE, WEST COST CUSTOM, le han clavado un equipo de sonido que suena durísimo, más que el tocadiscos de vinilo que tengo en la salita. No solo con eso al motor lo “envenenaron”. ¡!!Mientras ellos explicándome qué coño es envenenar el motor, el Yohairo lo acelera y esa verga suena demasiado duro!!! Los vecinos arrechísimos por el humero y el ruido, y el hijo mío diciéndome “Cono papá deja el mal tripeo que el resonador suena de pinga”.

¡Siiii! De pinga, de pinguíiisima, la peor vaina es que excedieron el presupuesto, se gastaron todos los cobres, no más los rines costaron dos ojos de la cara, le quitaron los cobres del Parley a la madre y aparte los mecánicos (Porque fueron pa’ otros) y los de la venta de repuestos les echaron el fiao del año a mi nombre, el latonero le puso unos spoirlers y recobró como nunca ¡Todos me andan persiguiendo pa’ que les pague! Y pa’ ñapa la Yahaira gritándome a cada rato “Me pagáis mi verga nojoda, porque me echaron la pava y no me he sacado otro Parley”.

Es que tengo ganas de llorar ¡Dios mío! La vaina loca esa ni siquiera me la llevo al trabajo porque cuando salgo, aparte de que no soporto el ruido del escape, los cojines son muy incómodos (Janixio jura que son cojines de carrera :S), los policías me viven matraqueando cuando me ven por las calles.

Estoy más endeudado que antes, los hijos míos viven picando en el carro y yo, a pie, en buseta, con Mozar de Jesús en brazo, pelando y pa’ rematar, la Yahaira cobrándome…. El Jacinto llega de la playa, me ve en el carro y no se aguantó.

-¡Caracha Gumercindo… Tremenda nave pana mío! ¿Cuándo nos vamos pa’ la playita en senda lata?

¡Coño! ¡Ni que uno jueeeeeeeeeera!

Gumersindo Tapia
Venezolano de Orgullo
¡Estos coños hijos míos! :@